El nuevo rol de las personas frente a los avances tecnológicos


Por Justin Facey

El mundo que hemos construido es cada vez más complejo. Lleno de interacciones, de relaciones y de realidades difíciles de comprender a simple vista que se traducen en una sensación constante de perplejidad y hasta de desconcierto. En este contexto, la tecnología, lejos de tranquilizarnos, contribuye a que nos sintamos indefensos y perdidos: ya no entendemos qué sucede dentro de nuestro carro; ya no podemos reparar nuestros propios electrodomésticos.

Para las empresas que utilizamos la tecnología de forma intensiva, es una responsabilidad definitiva incorporar sobre ella una capa humana. En KENSA estamos convencidos, de hecho, de que solo cuando el costado humano está fortalecido, la tecnología es poderosa y provechosa para una compañía; porque, al fin y al cabo, nuestros clientes buscan la experiencia que solo un humano puede ofrecer. 

Cuando puse en marcha KENSA, tuve muy en claro que mi experiencia en el sector logístico podía potenciarse enormemente con el aporte de la tecnología, como complemento ideal de una compañía con una identidad humana. Esto último es fundamental, porque, a mi entender, la única forma de sacar provecho del entorno tecnológico es reforzando el factor humano en la compañía. En otras palabras: aprovechar la tecnología para hacer que KENSA sea tan humana como sea posible. 


LA TECNOLOGÍA NO ES UNA META, SINO UNA HERRAMIENTA
El hecho de que una empresa invierta en tecnología carece de sentido si no invierte, además, en humanizarla. Con esto me refiero a tomar decisiones e implementar medidas que nos permitan destacar nuestra identidad humana. 

Esto implica: 
• Reforzar la conexión entre la misión empresarial, los valores del equipo y cómo puede contribuir cada uno desde su lugar a conseguir los objetivos de empresa

• Motivar a las personas del equipo para que, a través de su talento, puedan contribuir de nuevas propuestas y alternativas. 

• Fomentar que sean los trabajadores quienes orienten y mejoren los sistemas tecnológicos, y no al revés, como sucede en muchos casos.

En KENSA somos conscientes de que promover una identidad humana en un mundo que se rige por la tecnología es la clave para brindar el mejor servicio y alcanzar una diferenciación duradera. Porque contar con tecnología punta para agilizar los procesos, asegurar la trazabilidad y brindar información más completa y actualizada 24/7 a nuestros clientes es fundamental en toda gestión logística. Pero la verdadera diferenciación (y la única verdaderamente duradera) está dada por el saber hacer y la creatividad que solo pueden aportar las personas. Ese es nuestro principal activo en KENSA. 
Y tú, ¿crees que las compañías le dan al factor humano la importancia que merece?