El papel de nuestras empresas ante la perplejidad de la sociedad actual

Por Justin Facey

Los filósofos están llamando al mundo en el que vivimos, con sus dudas, su vorágine transformadora y su velocidad como “sociedad perpleja”. 

Nos enfrentamos a problemas globales como el cambio climático o las migraciones para los que no puede haber solo respuestas locales. Nos enfrentamos a bruscos (e imprevisibles) cambios políticos y sociales que son a la vez causa y efecto de un estado de incertidumbre e inseguridad entre los ciudadanos. Y, por si fuera poco, nos encontramos ante el temor de un futuro incierto donde la economía y el empleo están transformándose gracias a (o por culpa de) un avance tecnológico acelerado.

La tecnología, que está en el origen de esta situación, provoca un sentimiento encontrado. Porque si bien es cierto que nos ha cambiado la vida, mejorando la comunicación, la productividad, el conocimiento y la eficiencia también ha convertido nuestra realidad en una caja de herramientas incomprensible. El mismo aficionado a la mecánica que hace pocas décadas reparaba su propio automóvil, hoy mira en su interior y descubre un conjunto de cajas negras incomprensibles… 

Las personas vivimos en un mundo que ya no entendemos. Entonces, me pregunto, ¿cuál es el papel de las empresas en todo ello?, ¿quizá renunciar a la tecnología?

APOSTAR POR UNA TECNOLOGÍA CON VISÓN HUMANA
En KENSA tenemos el reto de hacer realidad una logística de precisión, fácil para el cliente y a buen precio. Y eso implica que debemos apostar por seguir sumando tecnología a nuestros servicios. Eso sí, también somos conscientes de la necesidad de incorporar a la tecnología una capa que permita hacerla inteligible para nuestros clientes y que pueda ofrecer un entorno fácil de usar. Y, por supuesto, dotando al conjunto de la transparencia suficiente para dar satisfacción a todos los agentes que necesiten mirar dentro.

Para nosotros, la transparencia es una herramienta fundamental para afrontar los desafíos comerciales en esta sociedad desconcertada: porque multiplica la eficiencia y porque nos ayuda a ofrecer una buena experiencia al usuario; y porque, a la larga, genera confianza.

En Latinoamérica estamos enfrentando importantes desafíos en este siglo XXI. Los cambios medioambientales, la gestión de los recursos naturales o la desigualdad ya generan incertidumbre suficiente. 

La tecnología, lejos de agregar perplejidad, tiene que ayudarnos a enfrentarnos a estos retos. Y para ello en KENSA somos conscientes de que debemos pensar y repensar su uso. Y manejar todas las innovaciones poniendo siempre a las personas en el centro.