Es tiempo de talento… y de habilidades blandas

En tiempos como los que estamos viviendo, es inevitable pensar en el panorama que dejará en nuestras organizaciones el COVID-19. En muy pocas semanas, el mundo ha tenido que asumir un nuevo orden y todos nos preparamos ya para eso que muchos llaman “una nueva normalidad”. Pero este nuevo estatus ¿qué va a significar para las compañías y sus equipos?, ¿mantendremos el teletrabajo como algo habitual?, ¿dejaremos de celebrar reuniones presenciales con nuestros clientes? Y la pregunta que más se repite ¿regresaremos a los niveles de consumo anteriores a esta sacudida?

Nos asomamos a un horizonte lleno de dudas en el que, desde el punto de vista de KENSA, solo hay una certeza: que la clave para la recuperación va a estar en las personas. 
LA CLAVE: CONSEGUIR EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO
Para nuestra compañía queda muy claro que es ahora cuando lo mejor de un equipo debe salir a relucir. Si ya antes era necesario, ahora se hace imprescindible contar con mandos capaces de delegar y de dar oportunidades para el desarrollo profesional de cada miembro del equipo. Es tiempo para que afloren los talentos individuales y los grupos de trabajo se conviertan en equipos de alto rendimiento.

Estas son algunas de las habilidades blandas que en KENSA atesoramos desde nuestros inicios, cuando en el equipo éramos solo unas pocas personas con sueños muy grandes. 


Flexibilidad
El mercado nos demanda agilidad en cada operación logística. Y para poder hacerla realidad, nosotros buscamos para nuestro equipo a gente flexible, capaz de construir nuevos caminos si la situación lo requiere. Personas que se puedan adaptar fácilmente a nuevas circunstancias y, al mismo tiempo, sean capaces de construir relaciones transparentes y duraderas.

Curiosidad
Sabemos que la curiosidad es la madre de la creatividad. Y en KENSA sabemos que nuestra efectividad crece de manera exponencial cuando hay imaginación de por medio. Da igual se hablamos de asuntos aduanales o de rutas: sin curiosidad no hay soluciones imaginativas. 

Autonomía
Tanto si trabajan desde sus propias casas como si están haciéndolo en la oficina, necesitamos personas que se sientan libres para organizar sus tareas al servicio de nuestros clientes. Para nosotros resulta especialmente valiosa ese personal que sabe encontrar su propia motivación, que organiza su jornada, administrar los proyectos que tiene entre manos e incluso asume ciertos riesgos.

Autoaprendizaje
Desarrollar una cultura de autoaprendizaje es tan bueno para la persona empleada como para su empresa. Y no hablamos solo de atender en un momento dado las necesidades logísticas de nuestros clientes, sino también de colmar las aspiraciones personales de cada individuo.

Empatía
Imprescindible para asumir que, al otro lado de la pantalla, no hay solo clientes o números o mercancías: hay personas. Personas con ilusiones y problemas, con necesidades concretas, con responsabilidades. Ser capaz de conectar con las personas que son nuestros stakeholders y atenderlos es reforzar las relaciones (también las comerciales) a largo plazo.

Recientemente, los expertos en recursos humanos auguraban que, dentro de diez años, las habilidades sociales y emocionales iban a aumentar en un 24%. Probablemente esta crisis acelerará el proceso. Pero en KENSA estamos listos para este reto.