Hacia una economía compartimentada: ¿el fin de la globalización?
Por Justin Facey
La desglobalización ya está aquí. La tendencia comenzó a apuntar, lenta pero inexorablemente, después de la crisis financiera de 2008. Pero tras el paso de la Covid-19, saltaron todas las alarmas. Ninguna gran compañía podía aceptar lo que estaba sucediendo: puertos cerrados o con atascos, pedidos que no se podían servir, componentes sin entregar, plantas de ensamblado paralizadas...
Y cuando la tendencia relocalizadora se aceleraba, llegó la guerra a Europa, que ha sido el mazazo definitivo. De hecho, Larry Fink, presidente de BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, lo decía recientemente con estas palabras en su carta anual a los accionistas: “la invasión rusa de Ucrania pone fin a la globalización”.
El fin de la confianza es el fin del comercio
Europa está en shock. Y otras regiones se están viendo ya tremendamente afectadas, como sucede en parte de África, con países enteros cuya supervivencia depende de los cereales que compra a uno u otro país.
A pesar de ello, cuando hablamos de los problemas derivados de la invasión de Ucrania, no nos referimos tan solo a la ruptura de relaciones comerciales, a las dificultades de mover mercancías o la imposibilidad de mantener rutas concretas. Hablamos de algo más importante y es que se ha roto la confianza entre socios comerciales. No es de extrañar, por lo tanto, que muchos expertos economistas adviertan de que el flujo del comercio mundial se va a desplomar este 2022.
Los cambios económicos que vienen
Las fuerzas desglobalizadoras están actuando ya. Los países se encuentran en busca de socios fiables ideológicamente; las empresas, en busca de cadenas de suministros más cortas y unos y otras están tratando de alcanzar su soberanía energética en fuentes renovables.
Y todo ello nos aproxima a un futuro con muchos cambios:
- Cambios en el comercio
Porque los países tienden a reducir sus dependencias o a asociarse solo con quien comparta sus principios. Y las compañías, por su parte, tratan de asegurarse los proveedores en un territorio próximo y fácil de controlar.
- Cambios productivos
Porque las mismas compañías que ya estaban trabajando para asegurar sus suministros en lugares próximos, ahora quieren confirmar también de su fiabilidad a medio plazo.
- Cambios financieros
Porque después de excluir a los bancos rusos del sistema interbancario Swift, China y otros países buscan el modo de desvincular sus reservas del dólar USA, con monedas alternativas.
Y las consecuencias económicas y comerciales
Todos estos cambios, aún en ciernes, parecen encaminarnos hacia un mundo más compartimentado y sus consecuencias van a ser importantes. Sospechamos que México y parte de Latinoamércia podrían beneficiarse de algunos de estos cambios en primera instancia, pero también es fácil adivinar que caminamos hacia una ralentización de la economía y a una época inflacionista. En este contexto, la capacidad de adaptación y la resiliencia de nuestras empresas será la clave para seguir mirando hacia el futuro.