Lo que nos ha enseñado el teletrabajo en tiempos de Covid-19.

En cuestión de unos pocos días, el mundo ha tenido que asumir un nuevo orden y las empresas han tenido que buscar alternativas que sigan haciendo viable su actividad. Esta modalidad, que siempre se utilizó como herramienta de flexibilización laboral, se ha instalado en nuestras empresas, modificando la forma de relacionarnos con el trabajo y las dinámicas de equipo. Empezó como una solución a la crisis sanitaria, pero todo parece indicar que vamos a contar con esta herramienta durante más tiempo del previsto inicialmente. 

Al comienzo de la pandemia, el 55% de la plantilla de empleados de KENSA trabajó desde casa y esto es lo que hemos aprendido de la experiencia por el momento:

Reforzamos la confianza como valor fundamental
Si bien la confianza en el equipo es un valor que atesoramos desde nuestros inicios, con el teletrabajo lo hemos confirmado una vez más. Porque el trabajo a distancia nos demostró la importancia de confiar en cada persona. No solo para asegurar que las tareas se cumplen correctamente y en plazo, sino para permitir también que afloren talentos individuales y que cada persona tenga la posibilidad de dar un salto cualitativo y crecer profesionalmente.

Nos ayuda a ser una empresa cada vez más humana
Trabajar a distancia nos ayuda a sentir aún más que, habitualmente, al otro lado de la pantalla, no hay solo clientes o colaboradores, sino personas. De hecho, nos gusta pensar que estas dos palabras (colaboradores y clientes) pueden utilizarse de manera intercambiable en este contexto, porque en definitiva las personas que son parte de nuestro equipo son también clientes internos a los que hay que fidelizar, cuidar y ofrecerles siempre lo mejor de KENSA.

Cada vez más unidos, a pesar de las circunstancias
Hoy, meses después de iniciar esta situación tan especial, los gerentes asisten a sus puestos en la oficina mientras que el resto del equipo va rotando, en la medida de lo posible. Cuando asistimos a la oficina, mantenemos una distancia prudencial entre nosotros y ajustamos nuestra rutina a los protocolos de higiene que recomiendan las autoridades. Pero lo importante para todos es que el equipo se está comportando como una familia: cada persona sabe lo que tiene que hacer, pero a la vez nos vamos cuidando la espalda el uno al otro.

Una nueva perspectiva de futuro
No sabemos qué nos deparará el futuro. Sin embargo, en términos generales, parece que una combinación entre el trabajo en casa y en la oficina sí que se va a imponer para determinados puestos de trabajo. Pero no renunciamos a los momentos compartidos. En KENSA sabemos que la cultura empresarial es un valor esencial que solo puede crecer si todo el equipo está conectado. Y solo compartiendo cafés, reuniones más o menos formales y tareas se consigue que cada persona se identifique con la empresa.

Además, la empresa es una especie de escuela, y poder compartir conocimientos con los compañeros de manera general es muy difícil si no están juntos para compartir y discutir, para aprender y buscar soluciones juntos.

Esta ha sido nuestra experiencia, las oportunidades que hemos podido extraer de esta crisis. Y tú, ¿has podido convertir esta dura situación en aprendizaje para tu compañía?