Las obligaciones legales de los transportistas de mercancías

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Si eres transportista, empresario o simplemente te interesa el mundo del traslado de mercancías, entender tus responsabilidades legales no es solo una cuestión de evitar multas: es clave para asegurar la sostenibilidad y reputación de tu negocio. 

 

Desde la correcta emisión de documentos hasta el cumplimiento de las regulaciones de seguridad vial, las obligaciones de los transportistas son variadas y, a menudo, complejas. 

 

No cumplir con ellas, no solo puede poner en riesgo tus operaciones, sino también afectar la confianza de tus clientes y la continuidad de tus contratos. Además, en un entorno cada vez más regulado y competitivo, estar al día con la legislación es una ventaja que no puedes permitirte ignorar. 

 

¿Te preocupa estar al tanto de todas las normativas y evitar sanciones costosas? Sigue leyendo y descubre cómo asegurar que tu carga llegue a su destino no solo a tiempo, sino también en conformidad con la ley. 

 

¿Quién regula el transporte de mercancías en México? 

 

En México, el transporte de mercancías es una actividad clave para la economía del país, moviendo productos a lo largo del territorio y conectando centros de producción con mercados nacionales e internacionales. 

Sin embargo, para garantizar la seguridad, eficiencia y legalidad de esta actividad, existe una estructura regulatoria que supervisa y establece las normas que deben seguir las empresas y los transportistas involucrados. 

 

En primer lugar, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) es la principal autoridad encargada de la reglamentación del traslado de mercancías en el país. 

 

Esta entidad tiene bajo su responsabilidad la creación y aplicación de políticas, normativas y estándares que dirigen todo lo relacionado con el transporte terrestre, marítimo y aéreo de productos. 

 

Entre sus funciones destacan la emisión de permisos para la operación de transportistas, la supervisión del cumplimiento de las normativas de seguridad y la coordinación con otras instancias gubernamentales para asegurar que la actividad se lleve a cabo bajo los lineamientos establecidos. 

 

Dentro de la SICT, está la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF) que desempeña un papel crucial en el transporte terrestre. La oficina es la encargada de expedir las licencias de operación para vehículos y conductores, verificar las condiciones mecánicas de las unidades y garantizar que se cumplan reglas de peso, dimensiones y carga. 

 

Además, la DGAF es la responsable de la inspección y supervisión de los negocios de autotransporte para asegurarse de que todas operen dentro del marco legal. 

 

Por otro lado, está la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que también tiene un rol importante en la regulación del traslado de mercancías, en especial en lo que respecta a las obligaciones fiscales. 

 

La SHCP, a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT), supervisa que se cumpla con las responsabilidades fiscales relacionadas con la emisión de facturas electrónicas de los servicios de transporte, el pago de impuestos correspondientes y el cumplimiento de los requisitos en la documentación aduanera cuando se trata de transporte internacional. 

 

Cuando nos referimos al transporte marítimo, la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, también parte de la SICT, es la entidad que normaliza el transporte de mercancías por mar. De ahí que la coordinación supervisa los puertos, el cumplimiento de las normativas de seguridad en las embarcaciones y la emisión de permisos para la operación en aguas nacionales. 

 

En cuanto al contexto del transporte internacional, la Secretaría de Economía interviene en la reglamentación del comercio exterior y los textos legales que afectan el viaje de mercancías que cruzan las fronteras de México. 

 

De hecho, esta dependencia colabora con la SICT y la SHCP para asegurar que las exportaciones e importaciones se realicen conforme a las leyes mexicanas e internacionales, incluyendo acuerdos comerciales y tratados. 

 

¿Y qué ley regula el contrato de transporte? 

 

En México, el contrato de traslado de mercancías está reglamentado principalmente por la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal (publicada el 22 de diciembre de 1993). 

 

Esta legislación es la que establece las normas generales que deben cumplir los transportistas que funcionan en territorio nacional. Algunas de ellas contemplan lo siguiente:   

 

  • Regulación de operaciones.  Fija los estatutos para el funcionamiento de vehículos de carga y pasaje, asegurando que cumplan con los estándares de seguridad y eficiencia. 
  • Licencias y permisos. Los transportistas deben obtener los documentos necesarios para funcionar, lo que implica estar al día con requisitos técnicos y administrativos. 
  • Infraestructura. También regula la construcción y mantenimiento de caminos y puentes, lo que puede impactar la calidad de las rutas que se utilizan afectando sus tiempos de entrega y costos. 
  • Tarifas y cobros. Se establecen montos para el uso de caminos y puentes, lo que incide en el importe de operación y, por ende, en las cifras que los transportistas cobran a sus clientes. 
  • Seguridad vial. Promueve medidas que ayudan a reducir accidentes y mejorar la protección de los transportistas y sus cargas. 
  • Sanciones. La ley incluye disposiciones que exige a los transportistas a estar al tanto de sus obligaciones para evitar multas. 

 

En este sentido, el contrato es más que un simple acuerdo entre dos partes. Se trata de un documento legal que asegura que los productos serán entregados en el tiempo y forma acordados. 

 

Por ejemplo, si durante el traslado ocurre un accidente o las mercancías sufren daños, el documento que está respaldado por la ley determinará las responsabilidades y posibles compensaciones. 

 

Obligaciones legales de transportistas de mercancía 

 

En México, algunas de las obligaciones legales de los transportistas de mercancías incluyen varios aspectos: 

 

  • Resguardo de la documentación. Cada documento entregado por el cliente tiene un propósito específico, ya sea para facilitar trámites aduaneros, acreditar la propiedad de la mercancía o garantizar que se cumplan las normativas aplicables. 

 

Su pérdida o deterioro puede tener consecuencias graves, como retrasos en la entrega, sanciones legales o incluso la pérdida de confianza por parte del cliente. Por lo tanto, es esencial que se custodie con sumo cuidado y los mantenga en buen estado durante todo el trayecto. 

 

  • Recepción de pagos y garantizar la entrega. En ciertos acuerdos, el transportista no solo es responsable de trasladar y consignar la mercancía, sino también de recibir pagos en nombre del cliente. 

 

Este rol añade una capa adicional de compromiso, ya que implica manejar dinero de manera segura y conforme a lo pactado. Sobre todo, porque cualquier discrepancia incide en la relación con el cliente. 

 

  • Seguimiento de las instrucciones. Es importante recordar que, hasta el momento de la entrega, la mercancía sigue siendo propiedad del cliente. 

 

Esto significa que cualquier decisión que tome el transportista debe estar en línea con las directrices recibidas. Por ejemplo, si se han especificado ciertas condiciones de manejo o almacenamiento, es imperativo seguir la exigencia al pie de la letra. 

 

  • Subcontrataciones y terceros. En ocasiones, es necesario contar con el apoyo de otros profesionales o empresas para completar el traslado. Sin embargo, esta acción no exime al transportista de su responsabilidad ante el cliente. Cualquier problema que surja, ya sea un retraso, daño a la mercancía o pérdida, debe asumirlo. 
  • Carta Porte. Como hemos mencionado en otras oportunidades, el documento detalla la información clave como datos de la mercancía, el origen, el destino, y el medio de transporte empleado. 

 

Por lo tanto, es obligatorio en muchas oportunidades y sirve como una garantía para las partes involucradas. Incluso si la Carta Porte no es requerida en un caso particular, es recomendable su empleo, ya que facilita la resolución de las disputas que surjan. 

 

  • Verificación de la mercancía y su embalaje. Antes de iniciar cualquier traslado, es importante que el transportista realice una inspección exhaustiva. Esta comprobación inicial no solo asegura que la mercancía está en buen estado, sino que también protege al encargado de posibles reclamaciones posteriores. 
  • Procedimiento en caso de inconvenientes en la entrega.  En situaciones donde el transportista no pueda consignar la mercancía al destinatario final, ya sea por problemas de contacto o por falta de instrucciones claras, es su deber colocar la carga en un depositario seguro. 

 

Sin embargo, su obligación no se extingue con esta acción, ya que sigue siendo responsable hasta que se resuelva la situación, y debe actuar con diligencia para garantizar que la misma esté protegida. 

 

  • Cumplimiento del itinerario. Acordar una ruta con el cliente permite optimizar el tiempo y minimizar los riesgos asociados con el traslado. 

 

No obstante, el transportista debe estar preparado para enfrentar imprevistos, como condiciones climáticas adversas o tráfico inesperado. En esos casos, las decisiones que se tomen al respecto deben priorizar la seguridad de la mercancía y cumplir con los plazos establecidos en la medida de lo posible. 

 

  • Elección del medio de transporte. Para ello, se debe evaluar las características de la carga, como su tamaño, peso y fragilidad, y seleccionar el mejor método que se adapte a estas necesidades. 

 

Este proceso no solo minimiza el riesgo de daños, sino que también asegura que la mercancía llegue en las condiciones óptimas, cumpliendo con las expectativas del cliente. 

 

  • Coordinación de la disponibilidad del vehículo. El transportista y el cliente deben acordar con claridad el momento y lugar donde el vehículo estará reservado para la carga. 


Cualquier retraso o malentendido en este aspecto genera pérdidas significativas de tiempo y dinero, afectando la eficiencia operativa y la satisfacción del cliente. 

 

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¿Cansado de preocuparte por las complejas regulaciones del transporte en México? 

 

Cuando se trata de trasladar tus mercancías, cada detalle cuenta. En un mercado tan competitivo y regulado como el mexicano, cumplir con las normativas legales es solo el primer paso para garantizar que tus productos lleguen a su destino de manera segura y puntual. 

 

Por eso, contar con un aliado confiable como KENSA Logistic no es solo una opción acertada, es una necesidad para cualquier empresa que quiera destacar y prosperar. 

 

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