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La industria automotriz, en la encrucijada

logística de cadena de suministro

El sector automotriz lleva tiempo encadenando crisis continuadas, lo que está obligando a esta industria a una reconversión casi total. Las perspectivas para ella son complicadas de cara al próximo año, pero en el horizonte se dibuja un panorama que podría ser muy interesante para el mercado local mexicano.


Pocos sectores como la industria del automóvil se han visto afectados por tantos cambios sociales y económicos casi simultáneamente. Los hábitos de consumo, la conciencia ecológica, la crisis de los chips o los cambios en la cadena de suministro han sacudido una industria madura y altamente competitiva que actualmente está haciendo su particular travesía del desierto. Aunque de esta crisis, estamos seguros, saldrá fortalecida.


Cuatro cambios que exigen un renacimiento total


La industria automotriz nunca para: está escrito en su ADN que haga una puesta al día constante de su producto y sus procesos de trabajo. Sin embargo, los cambios que se le están exigiendo al automóvil en muy poco tiempo son tan profundos que suponen una revisión casi completa de la industria:Digitalizar el trabajo logístico es mucho más que prescindir del papel; es avanzar en un formato que supone


  1. Cambios en los hábitos de consumo. Las primeras voces de alarma se dieron al constatar una tendencia social que se hacía cada vez más evidente: los jóvenes habían dejado de considerar el automóvil como uno de esos bienes simbólicos deseables y preferían alquilar o compartir. La posesión comenzaba a verse más como una carga que como un deseo, de modo que era necesario pensar más en soluciones de movilidad y menos en objetos que se eligen y se llevan a casa.
  2. Cambios en el combustible. Lo que era una conciencia ecológica creciente se ha convertido en una legislación que exige acabar en un plazo relativamente corto de tiempo con los combustibles fósiles. ¿Automóviles sin motores de combustión? Sí, claro. Podemos pasar a los coches eléctricos, pero eso supone un rediseño casi completo del producto pues implica cambiar la morfología general del coche, fabricar motores muy diferentes o aligerar extraordinariamente cada automóvil. Incluso en el ámbito del transporte la reducción de emisiones por CO2 se verá afectada por la búsqueda de nuevas tecnologías y energías más respetuosas con el medio ambiente.
  3. Cambios en la forma de conducir. Al principio se presentaba como ciencia ficción, pero la idea de contar con coches autónomos ya no parece extrañar a la ciudadanía. Eso implica que, aunque no lleguen ya los vehículos capaces de conducirse a sí mismos, los sistemas de ayuda a la conducción son cada vez más sofisticados… y los fabricantes de automóviles cada vez más expertos en software que necesitan muchos chips… que deben comenzar a fabricarse en lugares próximos y fiables.
  4. Cambios en los precios. Ni la pandemia por Covid-19 ni la guerra de Ucrania eran sucesos esperables. Pero llegaron. Y, con ellos, un alza en la cotización de las materias primas o en la energía y una inflación como no se había visto en décadas. Un elemento que exige a esta industria reconsiderar también su política de compras.
  5. Cambios en la cadena de suministro. También fue a raíz de la pandemia cuando las industrias (no solo la automotriz) descubrieron los riesgos de tener a sus colaboradores más estrechos en la otra punta del planeta. La tendencia ahora es clara: pasar del offshoring al nearshoring involucrando así a nuevos productores y nuevos equipos.


Menos producción en 2023 y un escenario muy abierto


Ante esta perspectiva y con la crisis de consumo que se ha abierto en el intento internacional por limitar la inflación, era esperable que los pronósticos de producción de automóviles indicaran una bajada para el próximo 2023, como así lo ha pronosticado S&P Global Mobility. Sin embargo, el futuro muestra diferentes escenarios que aún están muy abiertos, pero no tienen por qué resultar negativos para una industria que se ha tomado muy en serio todos los cambios que exige la nueva realidad. En su transformación, las capacidades de México pueden ser realmente importantes y aportar un valor añadido de gran poder para el sector. El tiempo dirá. Y en KENSA seguiremos colaborando con un sector con el que nos entendemos perfectamente desde nuestros inicios. ¿Quieres ver qué servicios específicos ofrecemos?



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