El valor de las conexiones humanas. Personas trabajando para personas.

“KENSA está formada por personas que trabajan para personas, gente que se pone en el lugar del cliente para atender mejor sus necesidades”, comenta Karla Jiménez, quien lidera nuestro equipo comercial. “Eso marca la diferencia… y determina nuestras relaciones y nuestro crecimiento”.

Aunque esta forma de entender las relaciones corporativas siempre ha estado presente en KENSA, Karla Jiménez la subraya ahora de forma especial. Y es que recientemente recibió la llamada de una persona que había sido su cliente. Era alguien que había cambiado de compañía dando el salto a una gran empresa donde tenía muchas más responsabilidades y debía gestionar un gran volumen de negocio. Necesitaba una compañía logística de apoyo. “No llamó para pedirnos una cotización, sino que acudió a nosotros porque buscaba un buen partner en el que apoyarse. Nos eligió para esa tarea porque nos conocía y sabía que podía confiar en nosotros mientras se ocupaba de hacer crecer su empresa”.

UNA COMPAÑÍA FUERTE, PERO TAMBIÉN EMPÁTICA

Desde que KENSA dio sus primeros pasos, Justin Facey, su fundador, tuvo claro que, además de contar con una buena organización y un sólido respaldo financiero, la compañía debía contar con una plantilla formada por gente exigente y perfeccionista. Hasta ahí todo normal. Pero buscó también que todas esas personas fueran asimismo imaginativas y empáticas. Porque, como dice Karla, “todos los forwarders trabajamos con los mismos contenedores y con los mismos barcos y lo único que permite ofrecer servicios realmente diferenciados son las personas, su capacidad de conectar con otras personas y su compromiso”.

En KENSA, cada proyecto tiene asignado un agente que atiende al cliente de forma inmediata y lo mantiene informado de cualquier contingencia. “Eso significa que nuestro cliente sabe que una persona concreta se va a ocupar de su mercancía con más atención incluso que si fuera personal interno, que va a buscar soluciones si se produce un problema y que va a mantener una comunicación permanente. Y eso es un valor añadido de enorme importancia”. Un valor que, como ella misma ha comprobado, no se olvida.

UNA OPORTUNIDAD PARA CRECER JUNTOS

Sí, los profesionales van y vienen, pero las conexiones humanas permanecen. “Por eso esta persona ha vuelto a contactar conmigo –comenta nuestra Directora Comercial– porque busca a un equipo que le permita tener certezas, olvidarse de la logística y dedicarse al trabajo para el que ha llegado a la nueva compañía”. 

Jiménez sabe que no va a ser un trabajo sencillo porque las exigencias del nuevo cliente son muy altas. También son muy altas las expectativas. “La ventaja es que nos conocemos y las dos partes sabemos que el equipo de KENSA se va a dejar la piel por lograr la excelencia. Además, ha quedado claro que ya no trabajaremos como antes, porque, así como la manera de trabajar ha evolucionado, KENSA también evoluciona para atender cada vez mejor a sus clientes en estos nuevos tiempos. Ahora tenemos la oportunidad de crecer juntos”