La logística de 2023: cinco desafíos y una gran oportunidad

La Organización Mundial del Comercio es contundente en sus previsiones para el próximo año. Según el organismo global, el comercio sufrirá una fuerte desaceleración como consecuencia del actual escenario económico. En él, las autoridades políticas van a tener que luchar contra la inflación al tiempo que promueven el empleo y hacen posible la transición ecológica. O sea, lograr la cuadratura del círculo. En una circunstancia tan compleja, ¿es posible hacer previsiones sobre lo que podríamos esperar en el ámbito de la logística para el 2023?

Cinco importantes desafíos

Como ha demostrado el año que nos deja, los cisnes negros existen. Y los escenarios que parecían improbables, incluida una guerra en suelo europeo, suceden. Así que intentar adivinar si los puertos finalmente van a normalizar sus retrasos y los fletes van a bajar sus precios es un ejercicio de especulación que puede resultar inútil. Sin embargo, sí que hay desafíos a los que ya sabemos que deberemos enfrentarnos. A mi modo de ver, los cinco más importantes son los siguientes:

1. La inestabilidad política internacional

Aunque durante décadas se ha pensado que la interdependencia comercial hacía muy difícil el estallido de conflictos, la realidad demuestra que la polarización política puede provocarlos a pesar de todo. Las guerras abiertas, pero también las tensiones territoriales o las guerras comerciales pueden desestabilizar mercados importantes como el de las materias primas o el abastecimiento de productos concretos, como ya ha sucedido con los semiconductores. Es algo que complica las gestiones de aduanas para comercio internacional y también el desarrollo de los envíos de las cargas.

2. Las amenazas cibernéticas

A medida que se digitaliza el sector, los datos se convierten en elementos de especial valor que los ciberdelincuentes intentan utilizar en su beneficio. No podemos enfrentar esta nueva forma de piratería en soledad; necesitamos acuerdos con el resto del sector y con las autoridades políticas. Debemos protegernos con el mejor software, una formación constante en las empresas y una mayor conciencia por parte de todos los actores involucrados.

3. La meteorología extrema

Nunca habíamos tenido tantas tormentas y tan duras en el Pacífico. Nunca se habían perdido tantos contenedores. Es el resultado más evidente del cambio climático que ya nadie se atreve a negar y que desencadena graves consecuencias en todo el planeta con más sequías y más inundaciones en diferentes espacios geográficos, como denuncia la ONU (aquí más datos).

4. La presión para reducir la huella de carbono

Es una presión ejercida por la normativa internacional, pero es, sobre todo, una exigencia de la ciudadanía que espera de las compañías más compromiso: compromiso con la economía circular y con la reducción de gases de efecto invernadero en el transporte hasta llegar a la neutralidad. Y estas circunstancias atañen directamente al transporte de mercancías, que necesita avanzar mucho aún.

5. La revisión de las cadenas de suministro

Estamos asistiendo a un fenómeno que han llamado desglobalización, aunque deberíamos entenderlo más bien como una nueva lectura de la geografía mundial. Y es que, después de las últimas crisis, muchas compañías están tratando de acortar sus cadenas de suministro. Es un proceso largo y complejo para ellas. Y, para todo el sector logístico, un momento clave, pues exige que revisemos nuestra forma de trabajar casi por completo. Esto es algo en lo que trabajamos los últimos años, para mejorar todo el proceso para obtener unos resultados más óptimos para la logística en México que ayude a agilizar tiempos y recursos.

Y la gran oportunidad del valor añadido

He dejado para el quinto lugar la revisión de las cadenas de suministro porque es un gran desafío pero, al mismo tiempo, es una de las grandes oportunidades a la que nos enfrentamos en el sector logístico.

Durante décadas, a medida que avanzaba la globalización, el transporte de mercancías se fue haciendo cada vez más eficiente y más barato hasta convertirse en un commodity. Ahora, al tener que repensar nuestro papel, ha llegado también el momento de potenciar el valor añadido de la logística, pues los clientes van a necesitar que ofrezcamos productos que sean cada vez más precisos, más flexibles y más inteligentes.